Dicen que es más difícil cambiar tu forma de vivir, tu alimentación y hábitos de vida (el tabaco, la dieta, el descanso…) que de religión. Empezar cualquier proyecto siempre requiere su esfuerzo. Cuándo te planteas ponerte en forma tienes que ser conscientes de varias cosas;
Por un lado, que los comienzos son difíciles, es decir, empezar a hacer ejercicio es duro. Los primeros días te encuentras cansado, desanimado incluso porque tienes que empezar poquito a poco. Cuesta trabajo sacar tiempo y más aún ganas para salir a correr, en bici, pasear, patinar o lo que te apetezca hacer.
Por otro lado, tienes que ser consciente de que cuando pasas esa barrera, cuando llevas 21 días haciendo una actividad, tu cuerpo y tu mente se adaptan. Empiezas a realizar esa actividad física sin pereza, a dejar de sufrir durante el ejercicio y a sentirte muy bien cuando acabas.
Planteate ese reto, es poquito tiempo el que necesitas, una hora,no es mucho para que tu salud sea buena, tu estado de ánimo mejore, estés más contento, relajado y te encuentres mejor contigo mismo.
Empieza a plantearte un cambio en tu vida. Haz ejercicio, prueba 21 días y preparate para el verano.