¿Sabes qué enfermedades se tratan con la equinoterapia? En Toyo Aventura reconocemos los beneficios de los caballos, que han sido compañeros del hombre durante siglos. Ayudándolos no solo en el trabajo y la vida diaria, sino a cuidar su salud.
Tabla de contenidos
¿Qué es la equinoterapia?
La equinoterapia es un tratamiento en el que el caballo se convierte en el centro de la actividad. A través de esta terapia se aplican técnicas que ayudan a personas con discapacidades físicas, psíquicas o sensoriales.
Gracias a la terapia equina mejora la calidad de vida de estas personas. Los caballos contribuyen a su rehabilitación, sean niños o adultos, funcionando como un tratamiento complementario.
Es decir, la terapia con caballos no se aplica por sí sola, sino como parte de un tratamiento. Además, no solo funciona a través de la monta del animal; también hay actividades que se hacen desde el suelo o silla de ruedas.
La relación entre el hombre y los caballos es histórica. Los equinos son muy sensibles, perceptivos y comunicativos, por lo que su empleo genera múltiples beneficios físicos, sociales, emocionales.
Por otra parte, la relación entre el equino y la persona es bidireccional. Es decir, por un lado el caballo es capaz de percibir las emociones del jinete y esto influye en su propio comportamiento. Mientras que la persona responde también a las características del caballo.
La equinoterapia difiere de un paseo a caballo. Quienes aplican este tratamiento deben estar especializados en distintas disciplinas, no solo tener experiencia ecuestre.
¿Cómo funciona la equinoterapia?
La terapia ecuestre se beneficia del movimiento tridimensional del caballo, así como de su temperatura corporal y de la relación que se genera entre el animal y el jinete.
Si en algún momento has participado en rutas a caballo recordarás la sensación de ir sobre el animal. En principio solo sientes el movimiento y te adaptas para mantenerte sobre su lomo. Pero detrás de eso que parece simple hay mucho más involucrado y es lo que beneficia a las personas con discapacidades.
Arriba mencionamos que el caballo y el jinete se comunican, pero esa comunicación es extra verbal; se percibe mediante múltiples sensaciones.
En primer lugar, hay que mencionar que el galope del caballo hace ganar confianza al jinete. Esto se debe a que al percibir el movimiento el jinete debe mantener el equilibrio para no caer. Lograr mantenerse sobre el caballo tiene un efecto psicológico positivo.
Otros beneficios de la equinoterapia se generan por su temperatura corporal, que contribuye a relajar los músculos. También el ritmo del animal al cabalgar se transmite desde su cuerpo al del jinete, desde la cintura hasta el cerebro.
Por otra parte, ese mismo movimiento simula al que hacemos al caminar, lo que permite al paciente que lo monta aprender a equilibrarse.
Durante las terapias a caballo también se emplean otros elementos complementarios como sonidos, pelotas o colores.
Además, el hecho de que el tratamiento implica montar a caballo en la naturaleza ya tiene sus propios beneficios. Es decir, el paciente estará más motivado por hacer esta terapia que ir a un consultorio que -por lo general- tiene connotaciones negativas.
Evolución de la terapia con caballos
Como mencionamos, la relación entre caballos y personas es de vieja data. Y ya desde la antigüedad se habían hecho propuestas sobre los beneficios de los equinos para la salud. Algunos de los cuales se comprobaron más adelante.
Por ejemplo, en el siglo XVIII varios autores explicaban cómo los caballos contribuían con la salud física y psicológica. Sin embargo, antes de eso ya se había propuesto como una alternativa para enfermedades musculares y trastornos neurológicos como la epilepsia.
La terapia asistida con caballos sirve para estimular a los pacientes y les ayuda a mejorar su calidad de vida.
La equinoterapia también se usó en la rehabilitación de los heridos durante la Primera Guerra Mundial. A partir de entonces su uso se fue extendiendo y nuevos estudios consolidaban sus beneficios. Sin embargo, es desde la década de los 60 cuando comienza a aparecer evidencia científica más sólida.
Para 1969 se crea la North American Riding for the Handicapped Association (NARHA) que se encarga de acreditar los centros que realizan estas terapias.
Hoy en día su uso se ha extendido a todo el mundo. Aún se realizan nuevas investigaciones, aprovechando los avances tecnológicos para conseguir mayores beneficios.
¿Qué enfermedades se tratan con la equinoterapia?
El uso de la equinoterapia se ha empleado como tratamiento complementario de diversas patologías. Se aplica para desarrollar la confianza en sí mismo, así como para estimular la sensibilidad visual, olfativa y táctil.
También se ha implementado en casos de ansiedad y depresión, así como en personas que tienen problemas para socializar.
Pero los casos médicos en los que se puede aplicar la equinoterapia son muchos más. Pacientes con epilepsia han visto mejoras considerables reduciendo el consumo de medicamentos.
Asimismo, ese trastorno puede menguar la confianza del paciente, provocando dificultad para socializar, introversión. Sin embargo, al iniciar el programa de equinoterapia se sienten más seguros.
La equinoterapia también está indicada para enfermedades, que incluyen parálisis cerebral, cifosis, escoliosis, lumbago, disfunción cerebral mínima. Asimismo, se trata la esclerosis múltiple, el asma, distrofia muscular, artritis, artrosis, Alzheimer.
También se pueden tratar las secuelas que haya dejado un traumatismo, que generó disfunción motora.
La terapia con caballos se utiliza, incluso, para tratar adicciones o problemas de anorexia y bulimia.
Por otra parte, la equinoterapia ha resultado positiva para las personas del espectro autista. En estos casos les ayuda a socializar, trabaja en su concentración y reduce la ansiedad. De igual forma se aplica en pacientes con síndrome de Down; aunque en este último es preciso revisar si el paciente padece subluxación atlanto-axial.
¿Cómo se inicia la terapia con caballos?
La equinoterapia se realiza en centros especializados, con personas que tienen formación para ello. No es un paseo, sino que se establece un plan de trabajo con objetivos específicos para cada paciente.
Antes de comenzar con la terapia, el paciente, sus padres o tutores se reúnen con los terapeutas. Durante la primera reunión hablan de lo que se quiere lograr y es importante presentar la documentación que tengan sobre el problema del paciente. Por ejemplo, informes médicos.
A partir de lo que indiquen los estudios y de la evaluación que hagan los terapeutas al paciente se establece el plan de trabajo. Se define, entre otros aspectos, la modalidad de terapia que se aplicará, la duración de las sesiones, etc.
Durante las sesiones el paciente estará siempre acompañado de los terapeutas, lo que ayudará a que se sienta más seguro. El primer encuentro con el caballo es clave porque a través de la interacción comienza a generarse el vínculo entre el paciente y el animal.
El paciente tendrá la oportunidad de tocar al animal, alimentarlo y acariciarlo. Por su parte, el monitor debe servir de guía y estar atento al desarrollo de la relación. Debe mostrar al paciente cómo acercarse y preguntarle luego cómo se siente.
A lo largo de la terapia se evaluará la evolución del paciente con base en los objetivos planteados.
¿Cuánto dura una sesión de equinoterapia?
Las sesiones se ajustan a las características de cada paciente, aunque lo recomendado es que duren entre 45 y 60 minutos. Para que la terapia cumpla con sus objetivos, se realiza una vez a la semana.
Para fijar la duración de las sesiones se toma en cuenta la salud de la paciente, su autonomía, habilidades físicas y mentales, capacidad de recuperación, etc.
Es recomendable que la terapia dure un año o lo que indique el médico tratante. Sin embargo, para que se cumplan los objetivos es importante acudir a las sesiones establecidas.
Otros beneficios de la equinoterapia en adultos y niños
En general, la terapia con caballos conlleva beneficios físicos, cognitivos, emocionales y sociales. Podemos destacar entre ellos los siguientes:
- Mejora la relación entre el paciente y su entorno.
- Aumenta la autonomía y el autocontrol del paciente.
- Contribuye a mejorar el control de la postura.
- Facilita el aprendizaje.
- Mejora el equilibrio, así como la coordinación neuromotora.
- Estimula el desarrollo del lenguaje y la comunicación.
- Fortalece la memoria, la capacidad de atención y concentración.
- Ayuda en el fortalecimiento físico y desarrollo del tono muscular.
- Controlar problemas de conducta.
- Mejora la fuerza, la resistencia y la coordinación.
- Permite ampliar el rango de movimientos.
- Mejora la autoestima y la confianza.
Contraindicaciones de la equinoterapia
Así como se recomienda este tratamiento complementario para unos casos, hay otras patologías en las que debe evitarse.
Volvemos al caso de la epilepsia, por ejemplo; si este trastorno neurológico no tiene un tratamiento médico previo, no es recomendable recurrir a la equinoterapia. En casos como este hay que resaltar que se trata de una terapia complementaria.
En general, si hay un proceso inflamatorio en curso o si hay que evitar movilizar al paciente, la equinoterapia no es una alternativa.
Por ejemplo, cuando hay luxación de cadera, osteoporosis, espina bífida, trombosis, entre otros.
Debido a la naturaleza de la terapia, también está contraindicada para personas con alergia a los animales. Así como a quienes sufran de fobia hacia los animales o a las alturas.
En cualquier caso, lo mejor es consultar al médico tratante antes de recurrir a la equinoterapia.
¿A qué edad se puede aplicar la equinoterapia?
La terapia de caballos se aplica tanto en niños como en adultos. Hay centros especializados que tienen programas para bebés desde los seis meses, siempre en compañía de un adulto. Sin embargo, se recomienda que inicien a los 2 o a los 5 años.
En las terapias ecuestres no solo se involucra al paciente, sino también los padres o la persona que lo tiene bajo su cuidado, así como el terapeuta.
En cuanto a la edad del caballo, lo ideal es que tengan entre 7 y 20 años. Además, los animales deben ser dóciles, acostumbrados a los ruidos y movimientos bruscos.
¿Quién aplica la equinoterapia?
No cualquier persona puede estar a cargo de un tratamiento de terapia ecuestre. Quien ejerce la equinoterapia debe estar especializado, además del conocimiento clínico debe dominar la equitación y saber sobre fisioterapia.
También necesita habilidades pedagógicas, ya que esto le ayudará a identificar las técnicas a aplicar en cada paciente. De igual manera, es importante el conocimiento en psicología para mejorar la interacción, tanto con el paciente como con el animal.
El terapeuta, por otra parte, también debe conocer a cada uno de los caballos del centro. Gracias a esto, podrá escoger el más apropiado para tratar a los pacientes.
Características de los caballos
Los caballos que se utilizan para terapia deben cumplir con ciertos requisitos físicos y conductuales. Para que sea apto debe ser un animal paciente, noble, que no le tema a las personas. Asimismo, deben ser fuertes porque hay partes de la terapia que ameritan que el terapeuta monte junto con el paciente.
Animales que hayan tenido experiencias negativas con humanos suelen no ser aptos para terapias. Esto se debe a que pueden tener reacciones negativas, por tanto, no son seguros para el paciente.
En los centros de equinoterapia conocen bien cada uno de sus caballos. Al momento de recibir un paciente nuevo identifican el ejemplar que mejor se adapte al paciente y al tipo de terapia que recibirá.
Modalidades de la terapia ecuestre
La terapia ecuestre incluye varias disciplinas. De acuerdo al objetivo que se quiera lograr y a las capacidades de los pacientes se elige la más adecuada.
- Equitación adaptada. Está dirigida a personas con discapacidad que desean practicar equitación como un deporte o actividad de ocio.
- Hipoterapia. Se realizan ejercicios fisioterapéuticos sobre el caballo. Durante esta modalidad se aprovecha la temperatura corporal del animal, su movimiento y el impulso rítmico que transmite.
- Volteo terapéutico. Igual que el anterior se realizan ejercicios sobre el animal para mejorar el equilibrio y coordinación.
- Equitación pedagógica. Esta modalidad busca estimular la afectividad del paciente con el caballo y el entorno.
- Equinoterapia social. Con esta modalidad lo que se busca es mejorar la relación del paciente con la sociedad. Contribuye a mejorar su adaptación a partir del vínculo con el caballo.
Montar a caballo es una actividad satisfactoria que, además, tiene propiedades terapéuticas. Los beneficios de los centros especializados son múltiples, pero como actividad de ocio también se recomienda para aliviar el estrés, relacionarse mejor con la naturaleza y como ejercicio físico.
Es importante estar al tanto sobre qué enfermedades se tratan con la equinoterapia y cómo ayudan ante esas patologías. Por otra parte, las actividades ecuestres, como paseos a caballos proporcionan beneficios a cualquier persona.